Descripción
El Vértice Geodésico de la Ribera
Un Viñedo en el Cielo de Pesquera
Este vino recibe su nombre del paraje “La Mira”, situado en un vértice geodésico a 910 metros de altitud. Para el aficionado que busca entender el terruño, este dato es crucial. A esta altura, al límite del cultivo de la vid, la Tinta Fina sufre para madurar debido al frío nocturno y al viento. Además, el suelo es puramente pedregoso. Las piedras reflejan el sol durante el día y obligan a las raíces a profundizar metros buscando agua. ¿El resultado? Una uva pequeña, concentrada y llena de minerales, que da lugar a un vino con una “columna vertebral” mucho más firme y seria que los vinos de zonas bajas y arcillosas.
2019: La Excelencia y la Madera Nueva
La añada 2019 fue calificada como Excelente, una de esas cosechas que se guardarán en la memoria por su equilibrio y potencia. Para estar a la altura de una uva tan concentrada, la bodega no escatima en recursos: utiliza barricas nuevas de roble francés durante 14 meses.
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Nota educativa: Solo un vino con tanta “materia” (cuerpo y fruta) puede soportar el roble nuevo sin que la madera tape el sabor del vino. Aquí, la madera y la fruta negra luchan y se abrazan, creando notas complejas de cacao y especias.
Recomendaciones de Servicio y Maridaje
Estamos ante un vino de guarda, complejo y estructurado.
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Decantación (Obligatoria): Este vino necesita aire para “estirar las piernas”. Recomendamos encarecidamente decantarlo al menos 1 hora antes de disfrutarlo. Si lo bebes recién abierto, te parecerá cerrado; con aire, se vuelve majestuoso.
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Maridaje: Olvida las ensaladas o pastas ligeras. Tamaral Finca La Mira pide platos de “cuchara y tenedor”. Es espectacular con una fabada asturiana o unas alubias con sacramentos (la grasa del embutido suaviza el tanino del vino). Por supuesto, el jamón ibérico de bellota y las carnes rojas sangrantes son su hábitat natural.

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